Costo de oportunidad / Analogías
Aguascalientes, Agosto 23 (2022).- Estimado lector: en esta ocasión me centraré en un concepto básico de las finanzas personales y la administración. Ha tomado relevancia en los últimos años por su importancia y trascendencia en la toma de decisiones, tanto en el plano empresarial como en el personal. Hoy te cuento sobre el connotado costo de oportunidad, su utilización y relevancia en nuestras vidas.
Para ponerlo en un plano sencillo y familiar, dicho concepto corresponde a los recursos que se podrían obtener por decidir una cosa sobre la otra. Me explico con un poco más de detalle: en el plano de las inversiones, por ejemplo, costo de oportunidad es el colocar ciertos recursos económicos en un producto de inversión por sobre otro. En este caso específico, decidir invertir una cantidad en adquirir una vivienda con una rentabilidad anualizada del 6% en vez de colocar ese dinero en cetes al 8%. En este caso se tiene un costo de oportunidad del diferencial entre la decisión tomada (comprar la vivienda para rentarla) y la posible alternativa de dejar ese dinero de forma pasiva en inversión a plazo fijo, un -2%. A simple vista un 2% podría parecer poco, pero poniéndolo en contexto, son 20,000 pesos por cada millón al año, eso sin considerar la magia del interés compuesto, que no es otra cosa que reinvertir los rendimientos generados de la inversión a un nuevo plazo a su vencimiento.
Como se puede apreciar en el caso anterior, el costo de oportunidad se refiere a todo eso que dejo de obtener por decidir una primera opción sobre otras posibles. No siempre es tan claro identificar o estimar los efectos que puede tener. En ocasiones no es tan evidente y resulta contraproducente. Lo que es un hecho, sin lugar a dudas, es que las decisiones deben de tomarse con la mayor información y análisis posible. Los errores son parte del proceso del aprendizaje, ayudan a ser mejores y a afinar la estrategia en el mediano y largo plazo.
Tenemos pues, que un costo de oportunidad incluye decisiones económicas por una parte. La segunda de las aristas de dicho concepto abarca actividades. Si decido salir a correr por la mañana del domingo en lugar de ir al desayuno familiar, mi costo de oportunidad es anteponer el ejercicio de ese momento sobre la convivencia que pude tener con los seres queridos. Si empleo mi tiempo para ver series de Netflix, en lugar de estudiar un diplomado o curso de especialización, estoy teniendo un costo de oportunidad de aprendizaje para dedicarlo al esparcimiento u ocio.
En las empresas se aplica el mismo concepto. Ellas destinan tiempo y recursos a sus planes en el tiempo. Deciden qué hacer con lo que tienen en la búsqueda de ser más competitivos y eficientes, de maximizar lo que se encuentra a su disposición.
En el costo de oportunidad no se trata de entrar en lamentaciones. Consiste en darse cuenta que las decisiones tienen consecuencias. A veces más favorables y rentables unas que otras. Lo importante es la conciencia, ese nivel de ser capaz de discernir con el tiempo que la opción elegida fue o no la más indicada en el momento que se tomó. De no ser así siempre se puede modificar en el camino.
Ahora es momento de que entres en la reflexión sobre este concepto. Aplícalo a tu vida personal y profesional. Repasa una a una las facetas, los recursos de tiempo y dinero con los que cuentas actualmente. Date cuenta de los costos de oportunidad que has tenido a lo largo de los últimos años. Si pudieras volver el tiempo atrás, ¿qué harías diferente? ¿Existen cosas que aún puedes cambiar? ¿Es el momento para hacerlo? El primer paso del ejercicio es la conciencia, después viene la redefinición o ajuste, el paso de cambiar o continuar dependiendo de lo que se persiga alcanzar, de la satisfacción o cumplimiento y la correspondencia entre lo inicialmente proyectado y lo conseguido. Recuerda que lo que no se mide, lo que no se analiza, no puede ser evaluado o considerado.